Estamos muy acostumbrados a posts de título similar a “cinco cosas que debes hacer en Twitter”, “tres temas que no debes tocar en Twitter o perderás seguidores” o “guía de buen uso de Twitter”… Bien, ya hay muchos de ese estilo en la web, algunos muy buenos todo hay que decirlo, otros demasiado obvios, pero en esta vida todo suma. Yo voy a sumar lo mío…
En menudo jardín me voy a meter, el asunto es contaros cómo y para qué uso Twitter. Algunos pensaréis “hombre, no es para tanto”, no os lo creáis esto es casi como desnudarse en una película la primera vez, y sin ser por exigencia del guión…
Mi cuenta… Mis cuentas de Twitter…
Lo primero recalcar que esto que os voy a contar es mi experiencia personal, para nada extrapolable a lo que haría con ninguno de mis clientes, para eso me inspiraría en los artículos que mencionaba al principio que para algo soy un profesional… Quiero ser un profesional…
En diciembre de 2010 abrí mi cuenta de Twitter, como me gusta lo de correr e inspirado por la broma del niño de un amigo, elegí @abecorre. Mi nombre y lo de correr juntos me pareció una gran idea, me dije “qué derroche de imaginación por Dios”, de ideas como ésta está lleno el universo Twitter, original no del montón, pero de mi montón. No dije ni hola, directamente me metí en la conversación de un amigo, rompiendo el hielo. En esa cuenta he hablado y hablo de todo, llegó un momento que aquello parecía un zoco en plena efervescencia, para intentar poner algo de orden en mi TL creé la cuenta @aberedes, otra originalidad de las mías. Mi nombre y las redes juntas, me dije: “qué portento, cuánto vales tío”. Era el comienzo de esta aventura con sus correspondientes plataformas en distintas redes sociales, eso fue en febrero pasado y volví a entrar sin saludar…
Uso personal, uso profesional…
La verdad que es difícil tener una cuenta personal en Twitter y solo usarla con una misión profesional, al menos a mí me resulta complicado separar todo a todas horas. Me intento explicar: yo soy yo las veinticuatro horas, si hablo en nombre de una empresa o marca es fácil ponerme en su papel, hay una línea más o menos trazada y unas temáticas muy controladas acerca de lo que te puedes encontrar en el TL, pero en una cuenta personal no se puede evitar comentar sobre la actualidad con toda la diversidad que nos deparan veinticuatro horas y menos aún se puede evitar opinar, es inhumano oír sin decir esta boca es mía. Así las cosas, reconozco que no fue gran idea crear una segunda cuenta. Tener dos cuentas de Twitter es justo lo que le faltaba a mi psiquiatra para terminar de diagnosticarme “trastorno de personalidad disociativo”, es oírle decirlo y las voces, mis amiguitas, me dicen que lo elimine…
Si en la vida normal no te han llamado más de cien veces en los últimos diez años “bocachancla” se puede perfectamente compatibilizar lo personal y profesional en Twitter. Niños no hagáis lo que hacen el tito Abe y sus amiguitas…
Ansia viva por tener seguidores…
Parecería que para muchos el fin último de estar en Twitter sea conseguir seguidores, por A o por B, muchos, cuantos más mejor. Eso lo he aprendido yo solo, sin las voces. De repente te empieza a seguir un tipo con miles de seguidores y una proporción digamos “raruna” de seguidos, te pilla por sorpresa pues aunque tengáis afinidades o temas de conversación similares no habías tenido nunca una interacción con él. Malo muy malo, éste me engancha y me suelta, pienso o me lo dicen al oído. Y yo; que sé lo que es ser un hombre objeto, por mi porte físico y atractivo intelectual, no quiero sentirme en Twitter como en una discoteca… Aún así soy débil y caigo en un grave pecado, la vanidad, “lo mismo me quiere por ser como soy”, al mes “unfollow” que en Twitter es lo más parecido a que te digan en la vida of line “contigo no bicho”.
Si de verdad no te interesa interactuar conmigo y con lo que comparto en mi TL no pierdas tiempo, no me sigas, pero si eres de los que te gusta mirar y hablar poco o nada, bienvenido siempre hay un hueco para un voyeur más, al tito Abe y a sus amiguitas les gusta exhibirse…
A quién seguir…
Hay otra especie en Twitter, aquel que promete seguirte a cambio de que tú le sigas, lo siento con condiciones desde la primera cita NO, ya habrá tiempo en la segunda o la tercera para ir poniendo reglas y ataduras… Yo no sigo para que me sigan, sigo en principio porque me interesa lo que esa cuenta comparte en su TL, lo mismo al cabo del tiempo me doy cuenta de que no era tan guay como yo pensaba y la tengo que dejar de seguir. Vale, de acuerdo, quizás lo de dejarla de seguir lo hago como reacción a los traumas que me causaron rechazos y más rechazos en mi adolescencia…
En serio, si sigo una cuenta no es para obtener un seguidor, es por interés puro y duro, quizás parezca algo frío pero es sin más eso lo que busco. Después, con el tiempo, puedo entender que a ella le apetezca seguirme, pero sin condiciones, al tito Abe y a sus amiguitas los condicionantes no nos gustan…
Para que la entrada no se convierta en un ladrillo, vamos con otra originalidad, en vez de uno dos, la segunda parte mañana a la misma hora o no…
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