Adaptarse a la evolución de los tiempos es algo que no todos hacemos al mismo paso, cuanto más grandes y diversos son los grupos humanos que analizamos, esas velocidades de adaptación tienen diferencias más notorias. Dentro de una comunidad hay grupos por profesión que se adaptarán más rápido que otros, habrá algunos que se resistan como gatos panza arriba a la evolución y hay otros que siempre llegan tarde, amontonándose evolución tras evolución…
Si vamos haciendo más amplias esas agrupaciones, tendremos diferencias entre regiones de un mismo país, países de un mismo continente, diferencias entre continentes… Hay muchas causas para esas diferencias de adaptación, algunas son estructurales, otras endémicas. Hoy quiero fijarme en algunos en este país mío, España, y en alguno de sus sectores productivos…
España siempre a la cola…
En nuestro país tenemos un retraso endémico, unos lo justificarán por nuestro carácter e incluso por el clima, otros dirán que la culpa es de nuestra historia y de los que han llevado las riendas de la misma que, por lo general, han sido poco amantes de la evolución y mucho menos de los cambios que ésta conlleva. Yo me decanto por un poco de cada cosa, a los que hemos dejado llevar las riendas todo lo que fuera cambio les podía dejar fuera de juego y eso no se lo podían permitir, nosotros mientras todo va bien o no va mal, no nos molestamos en buscar cambios que mejoren las cosas, total, con lo bueno que hace en la calle…
El párrafo anterior está completo de clichés y generalización al cien por cien, cosas y causas vagas que forman parte de una especie de bio que acompaña la historia de nuestro país. Sean o no acertados, el caso es que solemos llegar tarde a los cambios que la evolución tecnológica nos ofrece, no pretendo encontrar las causas, pero sí desmontar un par de excusas o pretextos, usados por algunos (no todos) protagonistas de algunos sectores económicos de este nuestro país, para no afrontar el reto del Social Media, la antepenúltima evolución tecnológica…
Compartir contenido en un blog solo sirve para que otro se aproveche…
No hace mucho alguien cercano a mí recibía esa excusa por parte de los que ojalá pasen en breve a ser sus jefes, tanto por ella como por ellos, estoy seguro que les irá haciendo ver el error en el que están y se darán cuenta de que el paradigma ha cambiado, van a ganar mucho si así lo hacen.
En la actualidad compartir contenido en la red es una especie de divisa virtual, tranquilos, se acabó el bitcoin, no va de eso. La divisa del compartir contenido suma a una cuenta de resultados que se llama “reputación online”. Tu reputación crece cuanto más contenido compartas y cuanta mayor sea la utilidad que el receptor saque del mismo. Fijaos, no he dicho mayor calidad, es mayor utilidad, para eso usamos la red, para encontrar cosas que nos sean útiles para nuestros propósitos.
Y para qué usa la red alguien que puede ofrecer un servicio, para que otros que necesitan ese servicio lo encuentren. Si ofertas tu servicio plano, con una web que solo indica lo que haces y cómo encontrarte, usas la red como si siguieran siendo las páginas amarillas, en mi humilde opinión, estás malgastando tus recursos. Si en la web que sirve de presentación de tus servicios, hablas de tu oficio con el justo lenguaje técnico como para que los neófitos lo entiendan, desprendes al escribir pasión por lo que haces, muestras y compartes tus conocimientos, estás ganando por la mano al que ha llegado buscando tus servicios.
Es cierto que como en todos sitios habrá quien copie los contenidos, haberlos los hay y en todos los sectores, terminan siendo conocidos por ello. Pero podrán copiarte, pero se quedarán ahí en copiar, no habrán entendido para qué y cómo funciona la red.
Lo que llega por las redes sociales es mucho desecho…
Esta excusa es quizás la que más me irrita, porque estigmatiza a los posibles clientes o usuarios de sus servicios por llegar por un determinado canal, en este caso por Internet, como si los que llegan por ahí fueran ciudadanos de tercera, de tercera, ¿de tercera? Serán de tercera porque son pocos o porque tienen poca preparación o mucho tiempo libre, quizás sea porque tienen poco poder adquisitivo…
Son pocos
En 2011, España con una población de 46.754.784 habitantes, tenía 30.654.678 usuarios de Internet, hablábamos en 2011 de una penetración del 65,6% y un dato solo Facebook tenía en España 15.950.740 usuarios.
Siete de cada diez personas entre 16 y 74 años se conectaron a Internet en 2011, lo que representó un aumento del 2,3% respecto a 2010. En 2012 la penetración en la población europea era del 63,5% lo que representa el 21,6% del total mundial, la media mundial estaba en el 34,3%.
La tendencia de penetración del uso de Internet en la población es crecer y crecer, podemos asegurar que en menos de una década el uso de Internet en España será casi universal. Esto deja a muy pocos potenciales clientes fuera del uso de Internet, calificar a los que están y estarán de tercera va simplemente contra las matemáticas. La posibilidad de navegar desde nuestros dispositivos móviles solo favorece multiplicar el uso.
Tienen poca preparación o mucho tiempo libre
Siguiendo con el estudio de 2011, el perfil tipo del internauta en España es varón, un 64% de hombres son usuarios de Internet frente al 59% de las mujeres, es joven, siete de cada diez menores de 45 años, estudia o trabaja, seis de cada diez estaban ocupados en 2011 y tres de cada diez tienen estudios universitarios. Los datos hablan de gente formada y ocupada, el uso de Internet es cada vez más profesional, es una herramienta de trabajo y consulta para la mayoría de usuarios.
Poco poder adquisitivo
En España en 2011 había 24,5 abonados a líneas de ADSL por cada 100 habitantes. Es un secreto a voces que nuestro ADSL es el segundo más caro de la Unión Europea y el décimo más caro de los treinta y cuatro miembros que componen la OCDE. Es evidente que navegar por Internet es caro y aún así son muchos los usuarios que lo hacen.
Otro dato sobre el poder adquisitivo o no, de los internautas es el hecho contrastable del cierre de negocios locales y el auge del comercio electrónico, en el segundo trimestre de 2011 se llegó a los 2.421,8 millones de euros, un 27,4% más que en el mismo periodo de 2010. Cuando es el sector del comercio electrónico uno de los pocos que funciona, tildar a sus usuarios de tener poco poder adquisitivo es cuando menos temerario.
Resumiendo
Los usuarios de Internet empiezan a ser casi tantos como habitantes tenemos en España, es difícil diferenciar si alguno de los que llega por otro canal es o no usuario de Internet: me manda un conocido común, pasé al lado del cartel de su negocio, tomo café enfrente de su local, me lo recomendó un cliente satisfecho o le encontré en las páginas amarillas. La recomendación del amigo o el cliente, pudo ser en un foro o por correo electrónico o sobrevino después de una actualización de estado en Facebook. O lo mismo toma café enfrente porque una búsqueda en su móvil le recomendó ese bar del otro lado de la calle.
Hay dos posturas para justificar el no subirse al carro de la evolución, una la de ningunearla y tacharla de moda pasajera, la otra es pensar que si seguimos haciendo siempre lo mismo sobreviviremos a todas las evoluciones, ambas dos te llevan a ser arrollado inexorablemente por el carro de la evolución.
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